Determinar la solidez financiera de una empresa o su probabilidad de bancarrota es de primordial importancia. Una técnica clásica es el factor Z de Altman: este modelo tiene una precisión del 80-90% a la hora de predecir la bancarrota un año antes del evento. Las empresas financieras suelen ser excluidas de este test por sus prácticas contables en las que mantienen activos fuera de balance: pero usando computación segura, se puede calcular el factor Z de Altman sobre balances opacos.

En un lado, la empresa introduce datos clave del estado de pérdidas y ganancias y del balance, y una valoración de la empresa (valor de mercado o valor contable):

En el otro lado, el auditor introduce los límites de los diferentes tipos de empresas consideradas por el factor Z de Altman (industria manufacturera cotizada; industria manufacturera privada y una empresa general):

Conjuntamente, calculan de forma segura el factor Z de Altman para determinar el estado de solidez/quiebra de la empresa: sólida, precaución a corto plazo o con una alta probabilidad de bancarrota en el corto plazo.

DESCARGO DE RESPONSABILIDAD

Lo anterior es simplemente un ejemplo con propósitos ilustrativos. En el mundo real, habrá que introducir parámetros para cada situación específica.